En México y en cualquier país del mundo, el mercado inmobiliario se mueve a través de una serie de reglas y factores que pueden ser complejas de seguir en su totalidad. Sin duda, el Internet nos auxilia en la mayoría de las veces que recurrimos a buscar conocimientos, pero también es muy fácil perderse entre tanto mar de información, dejándonos con más dudas que respuestas.
Es aquí donde entran los asesores inmobiliarios, quienes tienen como oficio el entendimiento del mercado. Aunque no es imposible desplazar inmuebles a través del manejo propio en Internet o redes sociales, estos métodos no se comparan con las ventajas competitivas que un asesor puede proporcionarte.
Para empezar, los asesores ofrecen su experiencia, lo que te será una ayuda invaluable tanto como comprador y vendedor. Tener una persona calificada que pueda asesorarte en términos de plusvalía, ubicación, protecciones a futuro, materiales, tendencias, etc., puede hacer una gran diferencia a la hora de
presentar una oferta. Al ser un guía, este responderá a todas las preguntas de su cliente de principio a fin y lo acompañará en todo el proceso de compra o venta.
Escoge un asesor que esté vinculado a una red inmobiliaria como AMPI (Asociacion Mexicana de Profesionales Inmobiliarios) con lo cual se te multiplicarán tus posibilidades tanto de compra como de venta ya que el inventario es mayor y el número de clientes es más amplio, puesto que el asesor lo comparte con socios comerciales. Esto es benéfico en todos los sentidos, pues el asesor sabrá vincular a posibles clientes de acuerdo con sus expectativas y posibilidades, siendo un nexo que agiliza la búsqueda
tanto de compradores como de vendedores.
De igual manera el asesor inmobiliario apoya en todo el proceso legal y crediticio y se encarga de todo el seguimiento, por lo cual el que vende o compra tiene la tranquilidad y ahorro de tiempo en los procesos ya que tiene a un experto en dicho seguimiento. Asegurate que la inmobiliaria a la que escojas cuente con asesores certificados, ya que eso te garantiza que conoce todo el proceso como debe ser.
Se trata de un ahorro en la inversión del tiempo, pues los asesores inmobiliarios están acostumbrados a mover inmuebles en la menor cantidad de tiempo procurando la mayor ganancia posible. Lo mismo ocurre cuando se trata de presentar la propiedad, pues los asesores fungen como un filtro entre los clientes serios y los que solo preguntan por curiosidad, focalizando la atención de su empleador en los momentos importantes. También le garantiza a su cliente un manejo efectivo de la documentación de su propiedad, siendo expertos en este tipo de papeleo que, cuando uno es inexperto, pueden ser causa de pérdidas de capital.
Al tratarse de terceras personas se le garantiza al cliente una evaluación honesta de la propiedad, incluyendo aquellos detalles que puedan resultar contraproducentes. El tener un observador objetivo puede ayudar a favorecer una compra o a corregir aquellos desperfectos que alejen una propiedad de su auténtico potencial en el mercado. Si bien, un asesor no determina el precio final de un inmueble, éste ayuda a su cliente a encontrar el precio ideal.
No se pueden obviar las habilidades de negociación que un asesor calificado puede proporcionar, ayudando a su cliente a fijarse en los detalles importantes, haciendo las preguntas pertinentes y ayudando a establecer metas realistas y planes de trabajo para el desplazamiento de las propiedades. Como ya mencionamos, el hecho de que se trate de un tercero ayuda a garantizar la falta de apego emocional que, cuando se trata de propiedades, puede entorpecer las transacciones, encontrando en el asesor un aliado clave para ayudar a contemplar el panorama completo. No dudes que los mejores asesores poseen una ética de honestidad y servicio.
Estas son algunas de las razones por las cuales contratar los servicios de un asesor inmobiliario a la hora de incursionar en los bienes raíces. ¡Las ventajas que esta asociación te presentan son muy sustanciales como para dejarlas pasar!